Hace poco han dado un premio al blog de unos colegas (trestizas). Ya les he felicitado, pero quisiera utilizar este blog para extender la felicitación y el agradecimiento a todos aquellos que experimentan con nuevas formas de enseñar, de educar, de aprender.
A veces el no utilizar libro de texto y no seguir de manera estricta una programación previa como si fuera un mapa de carreteras puede dar la sensación de que no se ha avanzado lo suficiente. A veces el no poder mantener con los compañeros diálogos del tipo “Yo voy en el tema 4” , “Pues nosotros vamos en la segunda parte de la unidad 3”, “Ya hemos llegado al peaje de la autopista”, “No, a nosotros nos faltan todavía 20 km., hemos parado en un área de servicio a repostar”... puede llevar a replantearnos la tarea o sencillamente a frustrarnos. Y donde digo “nos” en realidad quiero decir “me”. ¡Pues no, no caeré en la tentación! Seguiré desviándome del camino marcado en cuanto intuya que apartado de la senda haya un arroyuelo del que merezca la pena disfrutar. Y si hay que salir de la autovía y coger una comarcal para visitar una ermita, saldremos.
Y aunque la metáfora da mucho de sí (el destino, los objetivos, el placer de viajar, la pesadilla del “¿cuánto falta?”, etc.) sólo la voy a utilizar para confesar que hace un par de semanas me entró la sensación de que habíamos avanzado poco en lo que estaba programado desde el inicio de curso. Para animarme y animar a mis alumnos, para darme y darles un baño de autoestima apunté en un papel todo lo que habíamos hecho, lo que habíamos visto, lo que habíamos aprendido. Yo no sé a ellos, porque a veces me cuesta interpretar sus reacciones (me estaré volviendo viejo), pero a mí me dio un subidón.
Gracias a la red, sé que sois legión los que os habéis salido de la autopista. Quiero desde aquí agradeceros los mapas alternativos que nos vais ofreciendo. Gracias.
A ver si un día saco tiempo y coloco una serie de enlaces a todos los blogs de los que he aprendido algo. Os lo debo.
A veces el no utilizar libro de texto y no seguir de manera estricta una programación previa como si fuera un mapa de carreteras puede dar la sensación de que no se ha avanzado lo suficiente. A veces el no poder mantener con los compañeros diálogos del tipo “Yo voy en el tema 4” , “Pues nosotros vamos en la segunda parte de la unidad 3”, “Ya hemos llegado al peaje de la autopista”, “No, a nosotros nos faltan todavía 20 km., hemos parado en un área de servicio a repostar”... puede llevar a replantearnos la tarea o sencillamente a frustrarnos. Y donde digo “nos” en realidad quiero decir “me”. ¡Pues no, no caeré en la tentación! Seguiré desviándome del camino marcado en cuanto intuya que apartado de la senda haya un arroyuelo del que merezca la pena disfrutar. Y si hay que salir de la autovía y coger una comarcal para visitar una ermita, saldremos.
Y aunque la metáfora da mucho de sí (el destino, los objetivos, el placer de viajar, la pesadilla del “¿cuánto falta?”, etc.) sólo la voy a utilizar para confesar que hace un par de semanas me entró la sensación de que habíamos avanzado poco en lo que estaba programado desde el inicio de curso. Para animarme y animar a mis alumnos, para darme y darles un baño de autoestima apunté en un papel todo lo que habíamos hecho, lo que habíamos visto, lo que habíamos aprendido. Yo no sé a ellos, porque a veces me cuesta interpretar sus reacciones (me estaré volviendo viejo), pero a mí me dio un subidón.
Gracias a la red, sé que sois legión los que os habéis salido de la autopista. Quiero desde aquí agradeceros los mapas alternativos que nos vais ofreciendo. Gracias.
A ver si un día saco tiempo y coloco una serie de enlaces a todos los blogs de los que he aprendido algo. Os lo debo.
Muchas gracias, Carlos. Desconocía que nos siguieses, pero ya veo que la blogosfera no es tan infinita... Tenemos una quedada pendiente en las redes bilbaínas. Un fuerte abrazo.
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